Una victoria histórica para el ciclismo francés
Pauline Ferrand-Prévot se consagró campeona de la Tour de France Femenina, convirtiéndose en la primera ciclista francesa en lograr este título desde 1989. Con 33 años, la corredora logró mantenerse firme en la última etapa y consolidó así una actuación dominante durante toda la competencia. Es la cuarta ganadora del evento desde que se relanzó en 2022, uniéndose a nombres como Annemiek van Vleuten, Demi Vollering y Katarzyna Niewiadoma-Phinney.
Dominio total en la etapa final
Ferrand-Prévot también se impuso en la novena y última etapa, disputada entre Praz-sur-Arly y Châtel. El recorrido, de 124,1 kilómetros, incluyó tres exigentes ascensos alpinos y un final desafiante. Se mantuvo siempre entre las favoritas y lanzó un ataque decisivo a seis kilómetros de la meta, asegurando así tanto la etapa como la clasificación general.
Su dominio ya había quedado claro en la jornada anterior, cuando conquistó la etapa del Col de la Madeleine, a 1.993 metros de altitud, desmarcándose con claridad de sus rivales. Este triunfo en ruta se suma a su medalla de oro en mountain bike obtenida en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Cambios en el podio final
La australiana Sarah Gigante perdió su segundo lugar en la clasificación general tras quedarse descolgada en un descenso durante la última etapa. El podio final lo completaron dos excampeonas: Demi Vollering terminó segunda y Katarzyna Niewiadoma-Phinney ocupó el tercer lugar.
Desde 2022, Vollering ha subido al podio en todas las ediciones, con un título y tres segundos puestos. Por su parte, Niewiadoma-Phinney también ha sido constante, con una victoria y tres terceros lugares.
Una competencia que gana relevancia
La Tour de France Femmes se ha consolidado como una de las pruebas por etapas más prestigiosas del ciclismo femenino. Desde su relanzamiento en 2022, se celebra inmediatamente después de la versión masculina, la más importante a nivel mundial.
Controversia por su preparación física
El triunfo de Ferrand-Prévot no ha estado exento de polémica. En redes sociales, algunos usuarios y especialistas cuestionaron el mensaje que transmite su extrema delgadez. Tras la carrera, la ciclista reveló haber perdido cuatro kilos entre la clásica de Roubaix y el inicio del Tour, lo cual generó preocupación sobre los estándares de peso en el deporte de resistencia.
“Sé que no es totalmente saludable”, admitió Ferrand-Prévot en declaraciones posteriores. Sin embargo, insistió en que no realizó prácticas extremas y que aún contaba con reservas tras completar las nueve etapas. Su peso oficial es de 53 kilos y mide 1,65 metros.
Llamados de atención desde el pelotón
Cédrine Kerbaol, campeona francesa de contrarreloj y ganadora de etapa en 2024, ya había alertado sobre el riesgo creciente de trastornos alimentarios entre las ciclistas. “Vivimos en una época de enorme exposición. Todos quieren rendir más, ir más rápido, pesar menos. ¿Pero a qué costo?”, comentó al diario L’Humanité.
En otra entrevista con France Télévisions, Kerbaol advirtió sobre las consecuencias médicas del bajo peso corporal: la desaparición del ciclo menstrual y su impacto en la salud ósea, aumentando el riesgo de lesiones graves. “Eso no es normal”, sentenció.
Reflexión sobre los límites del alto rendimiento
La victoria de Ferrand-Prévot marca un hito para el ciclismo francés, pero también reabre un debate importante sobre los límites del rendimiento físico y los estándares de salud en el deporte de élite. Mientras la campeona disfruta de su histórico triunfo, las voces críticas recuerdan que el éxito no debe comprometer el bienestar de los atletas.